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Los niños quisquillosos son la pesadilla de cada madre cuando tienen la intención de enseñarles a comer más vegetales.
Lo primero es perseverar y buscar la forma de dejarlos con ganas de comer más verduras.
Hay que presentarles la gama más amplia posible de frutas y especialmente verduras. Los adultos sabemos que esto es vital para la buena salud, pero los niños tienen que aprender a amarlas.
No nacemos con una inclinación natural a experimentar. Los niños tienen una tendencia a la neofobia, o sea el miedo a lo nuevo, por lo que muchos dicen no a los tomates y luego admiten que nunca los han probado.
Un estudio realizado por el profesor Jane Wardle, de la Unidad de Salud del Comportamiento de la Universidad College en Londres, mostró que dar a los niños una pequeña muestra de un alimento nuevo cada día durante dos semanas los acostumbra a su sabor y aumenta el consumo y gusto por la comida.
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La Dra. Susan Jebb, que dirige el Centro de Investigación de Nutrición Humana de Cambridge, está de acuerdo en que la persistencia es la clave. “Si no le gusta algo, no trate de nuevo en un mes. Inténtelo de nuevo mañana. Una muestra pequeña, del tamaño de la uña, es suficiente. Tomará un tiempo, pero no se rinda.”
Los padres de niños que odian los vegetales no están solos. El niño promedio luchas para llegar a tres porciones de frutas y verduras al día. Sólo el 20 por ciento están comiendo el mínimo recomendado de cinco porciones al día. Cinco es suficiente, pero más es mejor.
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Para promover la alimentación vegetal, es importante ceñirse a un horario regular de comidas. Los niños más pequeños necesitan un pequeño refrigerio en la mañana y en la tarde. Debe ser un bocado previsto, no ocasional. No tiene por qué ser una galleta de chocolate. Las frutas o vegetales con un poco de yogur o un trozo de pan sería más sano.
En la comidas principales hay que tener vegetales en la mesa y toda la familia debe consumirlos. Los adultos tienen que dar ejemplo. Si usted no come verduras, su hijo nos la comerá.
No ofrezca alternativas si la comida es rechazada. Si ofrece dos opciones en la cena el mensaje debe ser “Lo tomas o lo dejas “. Si le falta una comida de vez en cuando no será un desastre. Pero si les da una barra de chocolate cada vez que dice no a los vegetales usted tendrá que aguantar los gritos cada vez que les de vegetales en el futuro.
Los niños necesitan algo que decir sobre lo que están comiendo, o pueden llegar a mostrarse molestos como un medio de controlar. “Ofrézcales el brócoli o los calabacines. Se trata de un grado de control, no de elección sin restricciones. Vale la pena echarle un ojo a las comidas de los franceses, que habitualmente tienen hortalizas presentes como entremeses.
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Un estudio realizado por la Dra. Barbara Rolls de la Universidad Estatal de Pennsylvania demostró que los niños comen más vegetales si se les da como “entrada”. Puede ser que sea porque tienen más hambre, o simplemente porque no están distraídos con los otros elementos. De cualquier manera, funciona. No tiene que ser una “entrada” elaborada”. Una simple rebanada de tomate, un platito de frijoles cocidos al vapor, un montón de zanahoria rallada aderezada con vinagreta podría ser suficiente.
Luego pase a la comida principal de ser posible con algunas verduras más. La idea es que los niños aprendan que la comida está incompleta sin las verduras.
Por encima de todo, “No se rinda”.
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¿Cuál es el peso adecuado para una porción de verduras para niños?
No hay reglas oficiales, pero esta guía le puede servir:
- Pre-escolares: 1 ½ oz/40g
- Escuela primaria: 2oz/60g
- Alumnos de secundaria y adultos: 3oz/80g
Todos debemos comer por lo menos cinco porciones de frutas y verduras al día.
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