¿Cómo dejar de morderte las uñas?

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Las uñas se relacionan con la agresividad, ya que simbólicamente representarían unas garras. Para dejar de mordernos las uñas debemos combatir la ansiedad.


Las personas que se muerden las uñas pueden haber intentado una y otra vez abandonar este hábito tan desagradable, no solo por una cuestión estética sino porque a la larga puede deformar nuestros dedos, causarnos tensión mandibular, debilitar nuestras uñas, etc.
En este artículo te explicamos cómo puedes evitar morderte las uñas siguiendo estos consejos y con un poco de paciencia y perseverancia.

Combate la ansiedad

Lo más importante a la hora de dejar de mordernos las uñas es combatir la ansiedad que es, en la mayoría de los casos, la que provoca que tengamos esta necesidad. Del mismo modo que otras personas fuman o comen compulsivamente, nosotras hemos encontrado esta vía de escape a través de las uñas.
¿Y cómo combatimos la ansiedad?
En los momentos de ansiedad tenemos una alteración nerviosa que afecta a todo nuestro cuerpo. Quizás también se nos acelera el corazón, tenemos tensiones musculares, sufrimos una excesiva sudoración, nos sentimos irritables, etc. Cada persona la sufre y la controla a su manera, pero hay algunos consejos que nos pueden resultar muy prácticos en estos casos:
  • Realizar ejercicio físico: y en los momentos de más ansiedad optaremos incluso por ejercicio intenso.
  • Respirar profundamente, cerrar los ojos e intentar evitar todo tipo de pensamientos.
  • Comer algunos alimentos sanos que nos ayuden a equilibrar el sistema nervioso: avena, levadura de cerveza, espirulina, frutos secos, fruta, etc.
  • Realizar una actividad artística: cantar, bailar, dibujar… Hay algunas teorías que incluso relacionan el acto de morderse las uñas con la falta de expresión de la propia creatividad.
  • Tomar una infusión relajante a base de pasiflora, melisa o tila.
Estos consejos los seguiremos habitualmente y en especial cuando notemos que se acerca un pico de ansiedad. Con el tiempo, si nos fijamos, podremos detectar si nos sucede en determinados momentos, lugares o bien con algunas personas en concreto.
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Descubre tus emociones

En cuanto a las emociones, que siempre desempeñan un papel fundamental en cualquier problema de salud, debemos saber que se han relacionado las uñas con laagresividad, ya que simbólicamente representarían unas garras. Es decir, una manera de atacar.
Según esta teoría, las personas que se muerden las uñas están ocultando un sentimiento de rabia, por lo que son personas que no se suelen enfadar pero que, sin embargo, lo sufren por dentro.
Es importante que tomemos conciencia de esta perspectiva para tratarla naturalmente con la ayuda, por ejemplo, de las flores de Bach. Hay dos flores de Bach que nos pueden ser muy útiles:
  • Holly (acebo): para el sentimiento de rabia.
  • Agrimony (agrimonia): para ayudarnos a exteriorizar los sentimientos que tenemos bloqueados.

Mantén las manos ocupadas

Seguro que te sueles morder las uñas en algunos momentos en concreto, y quizás son más habituales cuando no estás usando las manos. Por eso nos acostumbraremos a tener las manos ocupadas.
Podemos usar pelotitas antiestrés, juegos de masaje o cualquier tipo de manualidad.
Si además hace frío también podemos optar por ponernos unos guantes, por lo que la tentación será menor.

Usa esmaltes de uñas

En las farmacias podemos encontrar desde hace años unos esmaltes especiales para evitar que nos mordamos las uñas gracias al hecho de que tienen un fuerte sabor amargo. En realidad, si nos las queremos morder seguramente lo haremos igualmente, pero este esmalte será un recordatorio y nos dificultará un poco el mal hábito.
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Arréglate las uñas

A todas nos gusta tener unas uñas bonitas. Tal vez no nos gustan las uñas demasiado arregladas, pero sí que estén cuidadas, y por eso a quienes se muerden las uñas les cuesta mirarse las manos o dejar que otros lo hagan.
Te animamos a que te pongas un reto. Proponte a ti misma una fecha, por ejemplo de una semana. Si consigues superarla sin morderte las uñas, entonces irás a arreglártelas. Aunque todavía no te podrás hacer mucha cosa, al menos podrás dejar que te las embellezcan y te las pinten de un color discreto, por lo que después todavía te costará más mordértelas.
Si lo consigues, entonces te puedes proponer otra semana más. Si llegas a las dos semanas, quizás te gustaría probar un color más vistoso. Y a las tres semanas, ¿por qué no pruebas una manicura francesa? ¡Puedes conseguirlo!
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