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| SOMOS ADVENTISTAS |
Superada cierta edad, toda mujer asume un nuevo período en su vida: la menopausia. Un proceso completamente normal que en ningún caso debe confundirse con un proceso patológico o una enfermedad.
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Pero aunque normal, la menopausia tiene sus molestias y todo a causa de los cambios hormonales. Los síntomas provocados por la menopausia son muchos y cada mujer los experimenta a su forma y a su intensidad. Así algunas mujeres tienen pocos síntomas y otras muchísimos, algunas casi ninguna molestia y otras una gran cantidad.
De todos modos, aunque varíen hay ciertos síntomas generales. Los más evidentes en la peri menopausia (período que antecede la menopausia) son las alteraciones del ritmo del ciclo menstrual (produciéndose menstruaciones muy próximas o muy separadas) o los cambios en la cantidad de menstruación (que en algunas mujeres aumenta y en otras se reduce).
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Otros síntomas que pueden aparecer son:
• aumento de peso;
• sofocos o bochornos de calor bruscos;
• insomnio;
• sudor por las noches;
• sequedad vaginal;
• dolores articulares;
• fatiga;
• pequeñas pérdidas de memoria;
• molestias intestinales;
• sequedad en los ojos;
• picor en la piel;
• cambios de humor; y
• facilidad para sufrir infecciones urinarias.
• sofocos o bochornos de calor bruscos;
• insomnio;
• sudor por las noches;
• sequedad vaginal;
• dolores articulares;
• fatiga;
• pequeñas pérdidas de memoria;
• molestias intestinales;
• sequedad en los ojos;
• picor en la piel;
• cambios de humor; y
• facilidad para sufrir infecciones urinarias.
Por lo general, en la mayor parte de las mujeres, los síntomas anteriores se atenúan a medida que pasa el tiempo, aunque a veces persisten durante años.
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