La situación en Jerusalén era confuso, políticamente Sedequias no entendía y tenía intenciones de escuchar a Jeremías, su temor era que sus consejeros se quieran rebelarse contra Babilonia. Este último rey a diferencia de su padre era muy débil inseguro. Pero tenía dos pensamientos que son como servir al rey de Babilonia y luego rebelarse contra él. Había otras naciones que también querían rebelarse de Babilonia, pero Dios dejó bien claro diciendo que a causa de sus pecados ellos sufrirían el castigo, y hoy era el momento y algo inevitable. El Rey del Universo dejó dicho bien claro que él es quien dirige todas las cosas en esta tierra. Él es el dueño de todo, ya que fue quien creó todas las cosas que existe en este mundo. Así que él puede decidir y hacer lo que quiera, ¿Quién más sería capaz de hacer diferente de las cosas que Dios ha decretado? Dios es el que reina sobre esta tierra, él decía que debía pagar o recibir el castigo por las cosas malas que hizo Babilonia.
Dios envió un último mensaje a Sedequias “Ve y dile a Sedequias rey de Judá, el señor comunica y dice lo siguiente. Yo entrego esta ciudad a Babilonia y quemaré. Y no podrás escapar, y si lo fuera así será capturado y llevado a su presencia, y se pronuncia su veredicto en contra tuya- su deportación a babilonia. Lloro por ti y dirán hay de nosotros es, que murió el rey ” Esto fue exactamente lo que he decretado, dice el Señor “(Jer. 34: 2-5).
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