¿CÓMO DEBERÍA GUARDAR EL SÁBADO UN CRISTIANO VERDADERO?

SOMOS ADVENTISTAS
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Los cristianos que toman en serio el mandamiento de Dios acerca del sábado, con frecuencia se preguntan cómo deben guardarlo. ¿Qué principios deben guiarnos para celebrar el sábado?

Una de las principales creencias que distinguen a la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial de otras iglesias, es la observancia del día sábado. Esto se debe a que guardamos este séptimo día- sábado según el ejemplo de Jesucristo y la Iglesia del Nuevo Testamento. El libro de Génesis revela que después de la semana de la creación: “acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo” (Génesis 2:2). Más adelante, en el versículo 3, se revela otro importante hecho acerca de este día, que tiene implicaciones para todos: “Bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó” (énfasis añadido). El Creador de todas las cosas realmente bendijo y santificó el séptimo día de la semana—lo apartó para un propósito especial.
Debido a dicha bendición y santificación, el séptimo día es muy especial para Dios. De hecho, cuando Dios le dio los diez mandamientos a Moisés—su santa ley que su pueblo debe obedecer por siempre (Mateo 5:18)—incluyó la observancia del séptimo día, el sábado como cuarto mandamiento (Éxodo 20:8-11). Dios no creó el sábado para que fuera una carga. Jesús dijo en Marcos 2:27, que el sábado fue creado como un regalo para el hombre. Él, los apóstoles y la Iglesia del Nuevo Testamento, continuaron guardando el séptimo día, el sábado.
Cuando un cristiano acepta que el séptimo día, el sábado, es santo y es una ley de Dios, surge la pregunta: ¿cómo guardar este día apropiadamente? La Biblia le ofrece a los cristianos muchos principios acerca de cómo guardar correctamente el sábado.

Cuatro principios para guardar el sábado:

  1. Nosotros guardamos el sábado absteniéndonos de trabajar. El séptimo día, el sábado, fue el día en que Dios reposó de su labor. Dios es espíritu y no se puede cansar o desmayar. El descansó para darnos un ejemplo. Prueba de esto son las palabras escritas en Éxodo 20:10, “el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna”.

    Por lo tanto, el sábado es un día para descansar de nuestras actividades normales durante 24 horas (desde la puesta de sol del viernes hasta la puesta de sol del sábado, de acuerdo al conteo bíblico de los días). Abstenerse de trabajar cada sábado, conlleva grandes bendiciones para el pueblo de Dios, tanto en el ámbito físico como en el espiritual.
     
  2. Guardamos el sábado cuando no empleamos a otros para que trabajen para nosotros. El cuarto mandamiento tiene también implicaciones específicas para aquellos que emplean a otros (como por ejemplo, los dueños de un negocio). No sólo quienes guardan el sábado deben dejar de trabajar en ese día, sino también aquellos que son empleados directamente por ellos y están bajo su jurisdicción.

    Esto se expresa claramente en Éxodo 20:10, donde Dios ordena que no deben trabajar “tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas”. Si bien dicha escritura fue originalmente dirigida a una sociedad predominantemente agrícola, donde se acostumbraba tener a una servidumbre contratada en forma permanente, en la actualidad este principio implica que un empleador debe dar descanso a sus empleados durante el día sábado. Por consiguiente, una persona que guarda el sábado debe cerrar sus negocios en este día.
     
  3. Guardamos el sábado asistiendo a los servicios.  El día sábado no fue creado para que el pueblo de Dios se quedara en casa y descansara todo el día. Dios lo diseñó como un día de convocación santa para que su pueblo se reuniera en comunión para escuchar la instrucción y lo adorara.

    En Levítico 23:2, el Sábado es mencionado como una de las “santas convocaciones” de Dios, es decir, como una de las reuniones a las cuales asisten sus siervos con el propósito de aprender, adorarle y convivir unos con otros. Mientras vivió en la tierra, Jesucristo se reunió con otros el día sábado (Lucas 4:16). Así mismo, en Hebreos 10:25, se advierte al pueblo de Dios que no deje de congregarse.

    Es por esto que, cada sábado, la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial lleva a cabo servicios en muchas ciudades alrededor del mundo, donde los miembros se reúnen para escuchar mensajes basados en la Biblia, cantar himnos, adorar a Dios y compartir los unos con los otros.
     
  4. Guardamos el sábado al disfrutar de un sábado que nos inspira a nivel espiritual. Como se ha dicho, el día sábado es para descansar de nuestra rutina diaria—del trabajo, de las compras, de los quehaceres, de los deportes, de la televisión, etcétera—y para hacer cosas que pertenecen al el ámbito espiritual. Este día fue creado por Dios para que su pueblo se goce y sea renovado espiritualmente; tal como lo expresa Jesucristo, “el día de reposo fue hecho por causa del hombre” (Marcos 2:27). En este versículo, el mismo Señor del día de reposo (v. 28) revela que el sábado fue creado por Dios para beneficio del ser humano.

    Dios quiere que guardemos cada séptimo día, y lo dediquemos a hacer las cosas que fortalezcan nuestra relación con Él. Es más, Dios desea que llamemos a este día “delicia” (Isaías 58:13). Para lograr esto, y además fortalecer nuestra relación con Dios, existen varias cosas que podemos hacer durante el día de reposo, además de asistir a los servicios, como por ejemplo, dedicar más tiempo de lo normal a la oración, a la meditación y al estudio de la Biblia. También podemos pasar tiempo de calidad con nuestra familia, compartir con nuestros hermanos en la fe, visitar a los enfermos y a los ancianos e, incluso, relajarnos y disfrutar de la creación de Dios. Estas actividades son sólo algunos ejemplos de lo que un cristiano puede hacer para gozar del sábado a plenitud.
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