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El frenesí y las corridas del día a día son factores que generan estrés. El trabajo, los trámites, el colegio y los chicos pueden ponerse irritantes por momentos, pero ¡tranquila! Que no te dominen los nervios y controlá esas cosas que no querés decir.
Porque en medio de todo este nerviosismo en que muchas mujeres viven inmersas, están los chicos: los testigos que reciben todo lo que su madre les transmite. Por eso, es importante tener muy en claro cuáles son esas cosas que no deberías decirle a tu hijo sin importar cuán estresada estés.
Respira hondo y maneja la situación en paz. Las consecuencias pueden ser a veces mucho peores que el momento de locura pasajero. Tomá nota y ponelo en práctica.
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#1 ¿Por qué no eres como tu hermano?
Esta es, sin dudas, una de las frases que nunca debes decir porque es muy hiriente para los chicos. Las comparaciones entre hermanos no son buenas porque pueden generar malestar entre ellos, competencia o envidia. Cada chico se desarrolla a su ritmo y tiene su propio temperamento y personalidad. El compararlos implica que querés que sea diferente. ¡Cuidado!
Tené en cuenta estos consejos y sé paciente con los chicos. Si estás nerviosa o sentís que nada sale bien, tomá un descanso. Podés probar con estos tips para vencer la ansiedad o encontrar espacios para vos. No traslades eso a los chicos.
Si estabas usando alguna de estas frases sacalas de tu rutina. ¡Ya no las necesitás!
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#2 No llores como un bebé
Al decirle que no llore estás reforzando que sus sentimientos están equivocados, que no es válido que se exprese con llanto. Muchas veces los chicos no saben o no pueden expresarse de otra forma. Si optás por pedirles silencio y no escuchar lo que les pasa, puede que se te esté pasando un problema por alto. Escuchalos y fijate por qué están así.
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#3 ¡Dejame en paz!
Todas necesitamos estar un rato tranquilas, pero hay mejores formas de decirles a los chicos que tenemos que tener un espacio para nosotras. Si les das a entender que te están molestando, es probable que después no recurran a vos porque sienten que son una carga. Podés intentar con esto: "Mamá tiene que terminar de trabajar, cuando termine vamos a jugar".
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#4 ¡Me tenes harta!
A qué mujer no le pasó alguna vez de estar cansada, agotada y llegar al punto de no soportar a nadie en su casa. Tus hijos te vuelven loca y estás harta. Tranquila, ¡a todas nos pasa! Pero no es bueno que se lo transmitas a ellos. En sus primeros años, dependen enteramente de vos y si se sienten rechazados pueden resultar muy heridos.
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#5 Eres igual a tu papá
En medio de una discusión con tu hijo no es conveniente criticar a su papá porque con el tiempo puede comenzar a creer que no es un elogio ser como él. El día de mañana probablemente no querrá ser como su padre y tomará como algo negativo que le digan que se parece a él.
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