Miércoles 23 de septiembre 2015 | Devoción Matutina para Menores 2015 | Huye del cazador
Experimenta: ¿Qué debes hacer si tienes la tentación de hacer algo malo? Huye. Pero piensa, no corras por tu cuenta. Jesús está contigo. Te ve mientras estás frente a la computadora, cuando estás con tus amigos o chateas con ellos. Espera que le pidas ayuda para huir de lo que daña tu mente, cuerpo y espíritu.
A lo lejos pude distinguir a un cazador correr, empuñando un rifle. Bajé la velocidad del automóvil, pero de repente un ma- pache salió corriendo de entre los arbustos y se lanzó a la carretera, huyendo del cazador… y se golpeó directamente contra la defensa de mi vehículo. El pobrecito murió.
Con la defensa del auto destrozada, seguí mi camino, incapaz de hacer algo. El cazador se quedó con su presa muerta, buscando su provecho. Por supuesto que no se sale a cazar a la orilla de la carretera. ¡No quiero pensar lo que podría haber pasado si ese hombre hubiera disparado!
Satanás es semejante: te persigue, procura hacerte caer en alguna tentación. Usa a tus amistades, un anuncio comercial, un desconocido, un sitio de Internet para perseguirte, hasta que te convence de tomar eso que no es tuyo, ver esa película de terror o esas imágenes indebidas, consumir drogas o alcohol.
Cuando sientes la tentación del mal y huyes sin pensar, puedes estrellarte y causarte hasta la muerte. El cazador prefiere que mueras antes que dejarte libre, si no has caído en la trampa que te ha puesto.
Si pides a Jesús que se haga cargo de los que te invitan e insisten en que actúes mal, con mucho gusto se encargará de TODO. No quiere que mueras en las garras del cazador; su mayor interés es que vivas eternamente. Pero necesitas a Cristo.
Hace tiempo, Jesús peleó la batalla con el cazador y ganó. Satanás está derrotado delante de él. Si te escondes bajo sus alas, como dice el versículo de hoy, nadie se atreverá a hacerte daño.
“Solo él puede librarte de trampas ocultas y plagas mortales, pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro” (Salmo 91:3, 4).
Con la defensa del auto destrozada, seguí mi camino, incapaz de hacer algo. El cazador se quedó con su presa muerta, buscando su provecho. Por supuesto que no se sale a cazar a la orilla de la carretera. ¡No quiero pensar lo que podría haber pasado si ese hombre hubiera disparado!
Satanás es semejante: te persigue, procura hacerte caer en alguna tentación. Usa a tus amistades, un anuncio comercial, un desconocido, un sitio de Internet para perseguirte, hasta que te convence de tomar eso que no es tuyo, ver esa película de terror o esas imágenes indebidas, consumir drogas o alcohol.
Cuando sientes la tentación del mal y huyes sin pensar, puedes estrellarte y causarte hasta la muerte. El cazador prefiere que mueras antes que dejarte libre, si no has caído en la trampa que te ha puesto.
Si pides a Jesús que se haga cargo de los que te invitan e insisten en que actúes mal, con mucho gusto se encargará de TODO. No quiere que mueras en las garras del cazador; su mayor interés es que vivas eternamente. Pero necesitas a Cristo.
Hace tiempo, Jesús peleó la batalla con el cazador y ganó. Satanás está derrotado delante de él. Si te escondes bajo sus alas, como dice el versículo de hoy, nadie se atreverá a hacerte daño.
“Solo él puede librarte de trampas ocultas y plagas mortales, pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro” (Salmo 91:3, 4).
DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2015
CIENCIA DIVERTIDA
Para cada día
Por: Yaqueline Tello Ayala
Lecturas devocionales para niños 2015
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