Miércoles 16 de septiembre 2015 | Devoción Matutina para Mujeres 2015 | Constantes en la oración -1


Miércoles 16 de septiembre 2015 | Devoción Matutina para Mujeres 2015 | Constantes en la oración -1
Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración. Romanos 12:12
El 16 de septiembre de 2010, mi hijo mayor, Juan Enoc, viajó a España. Él es médico, y se había ganado una beca del gobierno español para un curso de posgrado. Al día siguiente esperábamos tener noticias de su viaje. Esperamos con paciencia durante el viernes, pero al llegar el sábado y no saber nada de él, nos empezamos a angustiar. Oré al Señor para que pronto tuviéramos noticias suyas. La institución donde había ido a estudiar estaba cerrada durante el fin de semana, así que era imposible tener comunicación.
Durante la noche del sábado no pude dormir. Le pedía al Señor que acompañara a mi hijo dondequiera que estuviera. Ya para ese entonces, estaba temiendo que algo terrible hubiera sucedido. Por la mañana fui directamente a la computadora para ver si ya había noticias, pero ¡nada!
Entonces llamó mi otro hijo, Jairo, desde México. Me informó que un abogado lo había llamado desde España para decirle que Juan Enoc estaba en prisión. ¿En la cárcel? ¿Y de qué lo acusaban? ¡No podía creerlo! Llamé a mis familiares y amistades para que oraran. La noticia se corrió como fuego en pasto seco, porque somos una pareja pastoral muy conocida. Recibía llamadas de todas partes del país y del extranjero. Estaban orando por nosotros. Jamás pensé que tantas personas se iban a solidarizar con nuestro sufrimiento. Amigos y compañeros de la universidad empezaron a contactarse con pastores en España para gestionar alguna ayuda. Pero no era fácil conseguir su pronta liberación. Qué angustia: mi hijo preso y nosotros en Panamá, sin poder hacer más que orar.
Había pasado una semana y todavía no sabíamos de parte de él qué había sucedido. En la noche, un grupo de pastores, compañeros de mi esposo, nos visitaron para orar. Horas después recibimos la llamada de Juan. ¡No se imaginan nuestra alegría cuando escuchamos su voz!
Querida hermana, sufrimos mucho; sin embargo, saber que tantos amigos, familiares y hermanos en Cristo oraban por nosotros, nos fortaleció y nos permitió mantener la esperanza viva de que nuestro hijo regresaría pronto sano y salvo. ¡A Dios sea la gloria!.— Rosalía de Rodríguez.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
Lecturas Devocionales para Damas 2015
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