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Por lo que si vas a tratar las varices tienes que hacerlo con tiempo para que no desarrolles una flebitis, la cual es una obstrucción total de la vena. Ya que esta produce una coagulación de la sangre en la vena. Y si este coagulo se dirige hacia el pulmón, puede provocar una embolia pulmonar. Es por esto que debemos cuidarnos de las venas varicosas antes de que estas pasen a un plano donde no podamos ya hacer mucho.
Como sabemos que quieres cuidarte, hoy te traemos un tratamiento natural y económico. Para ello solo necesitaras tomates rojos y verdes. Este remedio natural es bastante conocido y ha llegado para quedarse. Pues las semillas de tomate, son el secreto de su efectividad, debido a que estas poseen una sustancia ácida que actúa, de manera similar a las aspirinas. Por lo que su efecto anticoagulante licua la sangre y aporta flavonoides para fortalecer los vasos sanguíneos.
¿Cómo usar los tomates verdes y rojos?
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Verdes
Este lo usaremos durante el día. Lávalos muy bien y córtalos en rodajas de 0.5 centímetros aproximadamente. Coloca las rodajas sobre las venas varicosas. Si gustas puedes colocar vendas para sostener los tomates en su correcta posición así te puedes mover y hacer uno que otros deberes. Al rato de tenerlos puestos sentirás un hormigueo y tus venas comenzarán a arder un poco. En ese momento quitas las vendas y enjuagas con agua fría. Repetirás esté tratamiento 5 veces al día. Luego de dos semanas empezarás a notar los resultados.
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Rojos
Este lo usaremos de noche antes de dormir. Lavaremos los tomates y lo cortamos en rodajas con el mismo corte que el anterior. Lo colocamos sobre las varices y utilizamos vendas si es necesario. Los dejaremos actuar por 4 horas, la cambiamos por otra sesión nuevamente hasta que amanezca y te levantes. Te bañas completamente y enjuagas bien tus piernas. Este tratamiento lo harás todas las noches.
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Consejos
Recuerda que para que este tratamiento tenga mayor efectividad tienes que tratar de comer saludable. Ingerir alimentos ricos en omega 3 y 6.
Alimentos con aceites esenciales y un poco de ejercicios.
Consume selenio el cual es un antioxidante que previene el endurecimiento de los tejidos del cuerpo y mantiene la elasticidad de las paredes vasculares. Este ingrediente se encuentra en champiñones, frutos secos, huevos, pepinos y levadura de cerveza.
Consume alimentos con vitamina E ya que esta oxigena y ayuda para la circulación de la sangre y al mismo tiempo diluye los coágulos sanguíneos. Esta vitamina la puedes encontrar en lácteos, frutos secos, espárragos, carnes blancas, calabaza, tomates, perejil, kiwis y aceitunas.
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