No Tenemos el Derecho de Juzgar a Nadie

Juzgar
SOMOS ADVENTISTAS
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Objetivo: Enseñar a no juzgar
Introducción: Muchas veces nos resulta bien fácil criticar y juzgar a los demás sin ponernos a pensar que con esto ofendemos a Dios, pues Él nos ha mandado a que no juzguemos a nadie. Lo peor es que lo hacemos sin darnos cuenta que muchas veces nosotros estamos actuando peor que a quienes juzgamos.
Ilustración: Me acuerdo que una vez yo cometí una falta que para mí no era tan grave, y que yo estaba dispuesto a repararla. Pero me acuerdo que un hermano, compañero en la obra de Dios, me recriminó con toda su furia diciéndome que yo era un pecador y que no tenía derecho a servirle al Señor. Es más, que él ya no trabajaría a la par mía. Yo le pregunté si él me estaba acusando, y me dijo que sí, yo le respondí que no tenía ningún derecho a hacerlo, explicándole lo que la Biblia dice. El me respondió que él interpretaba la Biblia a su manera. La verdad que fue un momento muy  difícil que hizo que nuestra amistad se terminara. ¿Por qué lo hizo? Posiblemente había celos enfermizos, la verdad que el que juzga muchas veces está cometiendo pecados más grandes en su vida, y además se pone en el papel de Dios.
Texto base:
Romanos 2:1-3  Por lo cual eres inexcusable,  oh hombre,  quienquiera que seas tú que juzgas;  pues en lo que juzgas a otro,  te condenas a ti mismo;  porque tú que juzgas haces lo mismo. 2  Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3  ¿Y piensas esto,  oh hombre,  tú que juzgas a los que tal hacen,  y haces lo mismo,  que tú escaparás del juicio de Dios?
¿Por qué no debemos juzgar?
juzgar, estudio
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I. Porque Dios es especifico cuando dice que no tenemos que hacerlo 

1. Dios dice que es inexcusable quienquiera que juzga
Cuando dice que es inexcusable, quiere decir que no hay excusa para decir que podemos hacerlo,  porque no existe ninguna razón en el mundo para ello.
2. Porque cuando juzgamos a otro nos condenamos a nosotros mismos
Nos condenamos porque estamos incumpliendo lo que Dios ordena
3. Porque cuando juzgamos hacemos lo mismo.
Porque al momento de juzgar, nosotros estamos actuando igual o peor que la persona a quien estamos juzgando. Jesucristo lo explica bien claro (Mateo 7:1-5).

II. Solo hay Uno que es capaz de  juzgar con justicia.

Jeremías  11:20  “Pero,  oh Jehová de los ejércitos,  que juzgas con justicia,  que escudriñas la mente y el corazón,  vea yo tu venganza de ellos;  porque ante ti he expuesto mi causa.”
¿Por qué solo Dios es capaz de juzgar con justicia?
  1. Porque el puede escudriñar la mente y el corazón, por lo tanto Él sabe bien lo que está pasando dentro de la persona, y es Él único capaz de poder hacerlo porque lo hará con justicia, porque solo Él es justo.
  2. Solo Él puede conocer bien  las razones y causas de lo que el hombre hace.
  3. Pero que está diciendo Jeremías cuando dice: “Veo yo tu venganza de ellos; porque ante ti he expuesto mi causa”. El deseo de venganza de Jeremías no era personal, sino ministerial, el cual era conforme al propósito de Dios, que se lo había revelado a él; sus enemigos lo eran suyos y de Dios (Salmos 37:34; 54:7; 112:8; 118:7).
  4. Por lo tanto había una razón válida para lo que estaba haciendo Jeremías.

III. La razón principal para no juzgar:

Porque así lo enseñó Jesucristo y lo demuestra vívidamente.
Mateo 7:1-5  “No juzguéis,  para que no seáis juzgados. 2  Porque con el juicio con que juzgáis,  seréis juzgados,  y con la medida con que medís,  os será medido. 3   ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano,  y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4   ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo,  y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5  ¡Hipócrita!  saca primero la viga de tu propio ojo,  y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”
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¿Cuáles son estas razones?
1. No juzgar para que no seamos juzgados
2. Porque con el juicio con juzguemos seremos juzgados
3. Porque con la medida con que medimos seremos medidos
Pero hay una razón todavía muy poderosa:
4. Cuando estamos juzgando solo somos capaces de ver la paja en el ojo ajeno y
5. No vemos la viga que está en nuestro propio ojo
Jesús nos hace ver algo que es triste:
6. Que somos capaces de decirlo al hermano déjame sacar la paja de tu ojo y no echamos de ver la viga que está en el nuestro.
7. El Señor nos llama hipócritas porque llegamos al extremo de no echar de ver las grandes faltas que nosotros cometemos ( la viga en nuestro propio ojo).  Esto significa que cuando estamos juzgando a otro no echamos de ver que nosotros estamos en peores condiciones, que nuestra falta es aún peor.
El Señor nos da una recomendación:
8. Que antes de juzgar a otro nos analicemos y veamos nuestras propias faltas y solo entonces podríamos ser capaces de ayudar al hermano con sus pecados. Pero esto no quiere decir que  juzguemos, sino que hasta que estemos nosotros limpios de pecado podremos ayudar al hermano con sus problemas.

IV. Jesús nos dio un precioso ejemplo, que ni aún Él siendo Dios en la tierra juzgó a la mujer adúltera.

Juan 8:10-11 “Enderezándose Jesús,  y no viendo a nadie sino a la mujer,  le dijo: Mujer,  ¿dónde están los que te acusaban?  ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno,  Señor.  Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno;  vete,  y no peques más.
Dios es un Dios de amor y perdón, nos ha amado tanto que envió a su Hijo a morir en la cruz por nuestros pecados. El no nos acusa cuando nos llama, al contrario ofrece perdonarnos, En lugar de juzgarnos dio su vida por nosotros.
Así que qué derecho tenemos nosotros para juzgar a otros, si ni Cristo siendo puro y perfecto lo hizo,  no condenó ni a la mujer adultera, sino que la perdonó, con la salvedad que ya no pecara más.
Tú hermano y amigo que lees este mensaje de la Palabra de Dios, te invito a que entres  a esta gracia del perdón. Te invito que recibas a Cristo Jesús, como tu único y suficiente Salvador personal. Porque la gracia del perdón solo se puede discernir espiritualmente, y para esto es necesario que nazcas de nuevo. Solo tienes que hacer una pequeña oración de todo corazón:
Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único Salvador personal; creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús, por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador. Amen
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