Las células madre de cáncer poseen la capacidad de diferenciarse en diversos tipos de células. En el caso del cáncer, las células madre se diferencian en las diversas células malignas que forman una colonia tumoral. Mientras que las células madre de cáncer solamente constituyen entre el 0,2 y el 1% de las células dentro de cualquier tumor, tienen la capacidad de auto renovarse, son capaces de diferenciarse continuamente, son resistentes a los agentes quimioterapéuticos convencionales y son tumorigénicas, es decir, son capaces de “separarse” para crear colonias tumorales nuevas. Claramente, se deben destruir las células madre de cáncer dentro de un tumor si el tratamiento del cáncer busca producir una cura duradera.
El compuesto conocido como 6-shogaol se puede obtener al secar o cocinar la raíz del jengibre. Los investigadores encontraron que este compuesto es efectivo contra las células madre de cáncer, en concentraciones las cuales son inofensivas para las células saludables. Algo dramáticamente diferente a la quimioterapia, la cual produce terribles efectos secundarios principalmente porque mata tanto las células cancerígenas como las células saludables; en otras palabras, la quimioterapia arrasa con todo.
Aunque menos del 1% de un tumor está compuesto por células madres de cáncer, éstas son impenetrables por casi todos los medicamentos existentes de quimioterapia y son jugadores claves en el proceso de metástasis, el cual es responsable del 90% de las muertes relacionadas al cáncer.
Los investigadores del estudio dicen:
Varios investigadores han demostrado que las células madre de cáncer son resistentes a paclitaxel, doxorrubicina, 5-fluorouracilo, y fármacos de platino. Éstas son una población casi inalcanzable en los tumores por la quimioterapia. Por lo tanto, cualquier compuesto que se muestra prometedor hacia las células madre de cáncer, es un paso muy deseable para el tratamiento del cáncer y debe ser objeto de seguimiento para un mayor desarrollo.
La persistencia de estas células explica por qué los tumores pueden volver a producirse, incluso, cuando aparentemente han sido eliminados utilizando métodos como la quimioterapia, radiación y cirugía.
Introduce el jengibre
Los investigadores encontraron que el compuesto 6-shogaol en el jengibre ataca las células madre del cáncer de mama a lo largo de varias vías diferentes, incluyendo la reducción de la expresión de marcadores de superficie, alterando el ciclo celular para aumentar la tasa de muerte celular, inhibiendo la formación de tumores, induciendo directamente la muerte celular programada y simplemente envenenando las células madre de cáncer (citotoxicidad).
La sorpresa ocurrió al comparar el compuesto 6-shogaol en el jengibre contra el fármaco quimioterapéutico convencional taxol. La diferencia fue asombrosa. Mientras que el medicamento taxol mostró clara citotoxicidad en el “modelo monocapa” unidimensional experimental, no tenía prácticamente ningún efecto sobre el “modelo esferoide”.
El modelo monocapa no toma en cuenta la compleja inmunidad de las células madre de cáncer y representa el viejo modelo preclínico de prueba de tratamientos contra el cáncer. El modelo esferoide, por otra parte, es un modelo basado más en el “mundo real” que refleja la tridimensionalidad de los tumores y sus subpoblaciones de células madre; representa el futuro de las pruebas de tratamientos contra el cáncer.
Sorprendentemente para los investigadores (sinceramente, a mí no me sorprende ya que conozco de primera mano el poder curativo incalculable de la naturaleza), concentraciones 10,000 veces más altas de taxol no demostraron efectividad en el modelo esferoide. En otras palabras, cantidades 10,000 veces más altas de lo normal, del medicamento taxol, no fueron capaces de ganarle al compuesto del jengibre en atacar selectivamente la causa fundamental de la malignidad del tumor.
[T]axol, a pesar de que era muy activo en las células monocapa, no mostró actividad contra las esferoides incluso a una concentración 10.000 veces mayor en comparación con 6-shogaol”, escribieron los investigadores.
En sus observaciones, para concluir, los autores señalan una distinción muy importante entre los agentes anticancerígenos naturales y los convencionales que sólo se han introducido en el último medio siglo más o menos, dicen, “los compuestos dietéticos son opciones bienvenidas para las enfermedades humanas debido a su aceptabilidad, comprobada por el tiempo, por los cuerpos humanos”.
La cura se encuentra en los alimentos
Compuestos como la curcumina, quercetina, productos de ajo y el jengibre, son altamente efectivos contra todo tipo de enfermedades incluyendo el cáncer. A diferencia de los químicos modernos patentizados producidos sintetícamente, los compuestos naturales han sido comprobados por el tiempo que son aceptados por el cuerpo humano.
Cada vez vemos más y más estudios que corroboran todo lo positivo que estos alimentos naturales nos pueden ofrecer. Es tiempo de olvidarnos de los tratamientos tóxicos para el cuerpo y enfocarnos en la única medicina que verdaderamente funciona, la que el ser humano ha utilizado por miles, o tal vez, decenas de miles o incluso cientos de miles de años. Recuerda que la medicina moderna como existe hoy en día, sólo ha sido practicada por varias décadas, y las estadísticas y el sentido común claramente muestran que no está dando resultado.
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