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Muchas madres se preguntan cuándo comenzar a hablar de sexo con sus hijos y si hacerlo verdaderamente tiene sentido, si les ayuda en algo. Aquí te cuento algunos beneficios y cuándo es conveniente hablar con ellos sobre la sexualidad y sus temas relacionados.
Los beneficios
Hablar de sexo con nuestros hijos realmente hace una diferencia. Cuando atiendo adolescentes y adultos jóvenes me doy cuenta de que ellos suelen nombrar a sus padres como la mayor influencia en sus decisiones sobre el sexo, y los adolescentes que dicen tener buenas conversaciones sobre sexo con sus padres suelen actuar más responsablemente: son más propensos a retrasar la actividad sexual, usan protección y anticonceptivos, tienen menos parejas, etc..
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La mejor edad
Lo mejor es ayudarlos a ver el tema del sexo con naturalidad desde niños, desde el momento en que ellos preguntan, y esto incluye una amplia gama de temas tales como la apariencia del cuerpo masculino y femenino y su funcionamiento, cómo se engendra y gesta una ser humano, los tipos de relaciones sexuales, qué relacione serían saludables o no, cómo prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual, y todo lo que ellos quieran saber.
Lógicamente, no se debería explicarles todo junto sino a medida que pregunten y sin importar cuán pequeños sean NO HAY QUE RESPONDERLES CON EVASIVAS NI CON MENTIRAS. Para algunas mamás, hablar con sus hijos sobre el sexo y la sexualidad no siempre es fácil, especialmente si son adolescentes. Sin embargo, el esfuerzo y la preparación valen la pena, porque hablar de estos temas con nuestros hijos nos ayuda a construir lazos fuertes con ellos y contribuye a que ellos puedan establecer expectativas claras y ciertos límites.
Ha sido demostrado que hablar de sexualidad con nuestros hijos desde el momento mismo en que ellos quieren hacerlo les ayuda a llevar una vida saludable y gratificante en este aspecto tan importante de la vida humana. Lo mejor es comenzar a hablar con los niños sobre la sexualidad en la primera infancia, pero si no lo has hecho nunca es demasiado tarde.
Quizá te resulte incómodo al principio, pero se hace más fácil con el tiempo, la buena preparación y la práctica.
¡No lo postergues!
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