SOMOS ADVENTISTAS |
Vivimos en un mundo en el que constantemente se nos genera la idea de que necesitamos comprar algo: un nuevo automóvil, una casa mejor, la última tendencia en ropa, vacaciones soñadas... y la lista sigue interminable.
Por otro lado, lejos de agrandarse, el poder adquisitivo de nuestros sueldos decrece cada vez más. Entonces surge la pregunta, ¿cómo controlar los gastos y hacer que nuestro sueldo pueda cubrir nuestras necesidades?
Seguramente estos tips te resultarán muy prácticos.
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1. Planea lo que vas a comprar
Y esa planificación debe basarse en lo que REALMENTE necesitas y no en lo que la publicidad dice. Por ejemplo, ¿realmente necesitas tener el último modelo de computadora? ¿O la que tienes todavía cumple con todas las funciones que necesitas?
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2. Educa a tus hijos
Algunos puntos en los que los niños necesitan educación son el valor del dinero, cuánto cuesta conseguirlo, y en cómo los publicistas piensan en su propio bienestar, no en el de tus hijos.
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3. Ve a hacer compras solo cuando necesitas comprar
Muchas personas van de compras para relajarse, para darse un gusto, para sentirse mejor o porque necesitan entretenimiento. Pero una vez que pasa la euforia de la compra realizada vendrán las cargas de tener que ganar más dinero para solventar los otros gastos pendientes o para pagar la tarjeta de crédito.
Si necesitas pasar un buen rato, pásalo con amigos, en familia, ve a dar un paseo, baila, escucha música, pero si no puedes permitirte gastar indefinidamente ¡no lo vayas de compras solo para animarte!
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4. Usa tus tarjetas de crédito sabiamente
Cuando vemos algo que nos agrada demasiado y la tarjeta de crédito se halla a mano la tentación es aun más difícil de resistir.
Por eso, contrariamente a lo que un viejo adagio publicitario decía (“nunca salga sin ella”) voy a aconsejarte precisamente lo contrario: deja tu tarjeta en casa a menos de que estés segura de que verdaderamente vas a necesitarla.
Siempre tendrás tiempo de volver a casa a buscarla y, mientras tanto, en pensar bien las consecuencias de la compra que estás por realizar.
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5. Resiste el impulso de comprar
¿A quién no le tienta ver una gran oferta? Pero si no lo controlas quizá compres por impulso algo que no necesitas o que resultará de mala calidad. ¡Nadie regala nada!
Para controlar ese impulso te ayudará pensar en cuánto te han perjudicado otras compras compulsivas que realizaste, meditar en las consecuencias de adquirir esa oferta y también en el precio monetario y emocional de mantenerlo.
Con una familia que mantener, es muy importante que controles tus gastos y le enseñes a tus hijos el sacrificio que debes hacer para ganar dinero. De ese modo, entre todos podrán vivir lejos de las deudas económicas.
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