Jueves 1 de octubre 2015 | Devoción Matutina para Adultos 2015 | “Homo homini lupus”
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).
La frase latina “homo homini lupus” (el hombre es un lobo para el hombre) fue popularizada por el filósofo inglés Thomas Hobbes en su obra Leviatán, un autor que había soportado las penalidades de la cruel Guerra Civil inglesa de 1642 a 1651. El hombre puede llegar a ser un lobo, un depredador para sus semejantes.
El profeta Jeremías, que es el escritor bíblico que mayor uso hace de la palabra “corazón” para referirse a la voluntad humana, corrobora la frase latina de Plauto con expresiones tales como: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jer. 17:9); “no andarán más tras la dureza de su malvado corazón” (3:17); y Ezequiel habla también de hombres “de duro rostro y de empedernido corazón” (Eze. 2:4), “aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus idolatrías y de sus abominaciones” (11:21) que tienen “corazón de piedra” (11:19; 36:26).
Solamente la inspiración homicida del diablo, desde el fratricidio de Abel hasta hoy, ha podido llenar la crónica humana de tantas muertes violentas, masacres, genocidios, holocaustos, terrorismo y crueldades cometidas por unos hombres contra otros. El libro del historiador francés Guy Richard L’histoire inhumaine [La historia inhumana] es una narración que causa espanto por todos los medios, sofisticaciones y armas usadas por el hombre para torturar, hacer sufrir, mutilar y asesinar a otros seres humanos. Y sin necesidad de recurrir a esos hechos trágicos de la historia, las noticias de prensa de cada día están cuajadas de titulares que nos sobrecogen.
El versículo de esta mañana pregunta si hay alguien capaz de comprender el corazón humano. Y Dios responde: “¡Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras!” (Jer. 17:10). Solo Dios puede neutralizar la obra siniestra del príncipe de este mundo transformando el corazón de los hombres. Él anuncia una nueva alianza con el hombre, la alianza del nuevo nacimiento y del amor, en la cual promete: “Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Eze. 36:26).
La promesa de transformar nuestros corazones nos llena de esperanza y seguridad. Porque hay un Dios en los cielos… nuestro futuro puede ser muy diferente.
El profeta Jeremías, que es el escritor bíblico que mayor uso hace de la palabra “corazón” para referirse a la voluntad humana, corrobora la frase latina de Plauto con expresiones tales como: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jer. 17:9); “no andarán más tras la dureza de su malvado corazón” (3:17); y Ezequiel habla también de hombres “de duro rostro y de empedernido corazón” (Eze. 2:4), “aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus idolatrías y de sus abominaciones” (11:21) que tienen “corazón de piedra” (11:19; 36:26).
Solamente la inspiración homicida del diablo, desde el fratricidio de Abel hasta hoy, ha podido llenar la crónica humana de tantas muertes violentas, masacres, genocidios, holocaustos, terrorismo y crueldades cometidas por unos hombres contra otros. El libro del historiador francés Guy Richard L’histoire inhumaine [La historia inhumana] es una narración que causa espanto por todos los medios, sofisticaciones y armas usadas por el hombre para torturar, hacer sufrir, mutilar y asesinar a otros seres humanos. Y sin necesidad de recurrir a esos hechos trágicos de la historia, las noticias de prensa de cada día están cuajadas de titulares que nos sobrecogen.
El versículo de esta mañana pregunta si hay alguien capaz de comprender el corazón humano. Y Dios responde: “¡Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras!” (Jer. 17:10). Solo Dios puede neutralizar la obra siniestra del príncipe de este mundo transformando el corazón de los hombres. Él anuncia una nueva alianza con el hombre, la alianza del nuevo nacimiento y del amor, en la cual promete: “Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Eze. 36:26).
La promesa de transformar nuestros corazones nos llena de esperanza y seguridad. Porque hay un Dios en los cielos… nuestro futuro puede ser muy diferente.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
Lecturas devocionales para Adultos 2015
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