Pablo hizo una declaración que merece ser ponderada en el sentido de que la salvación es alcanzada solamente por la fe en Cristo y no por seguir esta o aquella denominación espiritual: “¿Qué importa? Al fin y al cabo, y sea como sea, con motivos falsos o con sinceridad, se predica a Cristo. Por eso me alegro; es más, seguiré alegrándome”.
– Filipenses 1:18 – NVI.
Dios siempre tuvo un pueblo escogido para proclamar el mensaje de la salvación. Jesús estableció su iglesia con este propósito. Sin embargo, alguien puede predicar anunciando la salvación por medio de Cristo sin nunca haber vivido esta experiencia (2 Corintios 11:12 y 13), más conducir a otros a Cristo, el único Salvador. Luego esta fe simple, sin el pleno conocimiento de la verdad, puede manifestarse salvadora.
Sin embargo, para hacer la diferencia entre aquél que le sirve y aquél que no le sirve, Dios llama hombres y mujeres para vivir y glorificarlo como al único Dios verdadero y a Jesús Cristo a quién Él envió (Juan 17:3).
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